Existen diferentes métodos para la eliminación de tatuajes, como son las inyecciones de ácido láctico o el láser co2, pero el único método demostrado científicamente capaz de eliminar los tatuajes sin dejar ningún tipo de marca ni cicatriz en la dermis, es el láser q-swich. Este láser emplea dos longitudes de onda (1064 nm para colores negros y KTP 532 nm para colores rojo amarillo naranja y morado). Su mecanismo de acción se basa en la fototermolisis selectiva actuando específicamente sobre el pigmento y respetando al máximo el tejido circundante. Este láser emite pulsos de alta intensidad en un breve espacio de tiempo del orden de nanosegundos, gracias a la rapidez del pulso conseguimos una mayor efectividad y un menor daño dérmico.